Hace unos días los ministros de Medio Ambiente de los estados miembros reafirmaban el acuerdo previo, alcanzado tanto en la Comisión Europea como en el Parlamento Europeo, para que a partir de 2035 no se puedan vender vehículos —en concreto coches y furgonetas— que usen un motor diésel, de gasolina o sean híbridos. Además, desde EspacioFurgo ya os hemos adelantado que, como paso previo, los fabricantes de furgonetas deberán reducir en un 50% las emisiones medias de CO2 de los vehículos nuevos que vendan a partir de 2030, en comparación con los comercializados en 2021.

Sin embargo, al centro neurálgico de la política comunitaria no paran de llegar voces discordantes, como la propuesta liderada por Italia que también ha sido firmada por los representantes de Bulgaria, Portugal, Rumanía y Eslovaquia, solicitando un aplazamiento de cinco años en el calendario de prohibición de los vehículos con motor de combustión.

 

Alargar el plazo hasta 2040

El documento entregado en Bruselas recoge que la consolidación de esa moratoria hasta 2040 podría evitar “costes muy altos e innecesarios para el sector del automóvil y los consumidores”. También expresa su intención de seguir cumpliendo con los objetivos del ambicioso plan climático de la UE, pero con una propuesta más laxa que pasa por imponer una reducción del 90% de las emisiones para la venta de turismos y furgonetas nuevas en 2035, antes de llegar a las cero emisiones en 2040.

“Para lograr una movilidad con cero emisiones habrá que superar obstáculos: aumentar la infraestructura de carga, desarrollar la producción de baterías, mejorar las tecnologías actuales de forma rentable, introducir incentivos para los consumidores”, destaca el documento presentado de forma conjunta por los cinco países. Asimismo piden una “prórroga” para los pequeños productores, cuyo impacto ambiental es muy limitado ya que representan el 0,2% de las matriculaciones de automóviles nuevos en la UE, y el 0,3% de las matriculaciones de furgonetas nuevas en la UE; y reclaman la “flexibilidad necesaria” que evite la escasez de coches y furgonetas asequibles para uso privado o empresarial.

 

Alternativa: combustibles sintéticos… ¿y PHEV?

Ese frente de oposición generado en algunos países está en línea con lo que en realidad se percibe en otros gobiernos comunitarios, que seguramente no ven tan lejano el horizonte de 2035 y tienen dudas de poder llegar entonces al objetivo “cero emisiones”. Por eso, los propios ministros de Medio Ambiente de la UE han puntualizado a última hora los objetivos del acuerdo, dejando abierta la posibilidad de comercializar vehículos con motor de combustión que utilicen combustibles sintéticos de origen natural, una fórmula con la que ya trabajan algunos fabricantes.

La clave está en que para producir dichos combustibles sintéticos se utiliza el CO2 ya presente en la atmósfera, de forma que aunque los vehículos que los utilizasen generasen algunas emisiones, el balance global se consideraría neutro. También está previsto ir estudiando con detalle la evolución de la tecnología híbrida enchufable (PHEV), ya que si en unos años se sitúa en niveles óptimos de emisiones, tal vez los vehículos PHEV que cumplan ciertos requisitos cuenten con una moratoria de comercialización más allá de 2035.

 

Alemania también pone condiciones

Mucho revuelo han ocasionado igualmente las palabras de Christian Lindner, ministro de Finanzas alemán, al afirmar que su gobierno rechazaría la eliminación de los coches de combustión en 2035, lo que ha llevado posteriormente a la ministra alemana de Medio Ambiente, Steffi Lemke, a explicar que su país apoyará la propuesta aprobada por el Parlamento Europeo si se agrega una opción para permitir las ventas de coches que funcionen a base de combustibles “neutros en CO2”.

No hay que olvidar que Alemania es el principal productor de coches de Europa y sus políticos saben que todos estos cambios les pueden afectar a la hora de mantener la competitividad frente a otros países. Por eso, la última reunión de ministros de la UE ha abierto la puerta al mencionado uso de combustibles sintéticos. También hay que tener en cuenta que la Unión Europa la conforman 27 países, y que no todos se encuentran en el mismo nivel de electrificación de su parque automovilístico, por lo que se intuyen tensas negociaciones para perfilar un Reglamento definitivo que debería estar consensuado el próximo otoño.

 

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