Seguro que has oído una y mil veces que hay furgonetas que van tan bien como un turismo de calle, como un coche. Dicen también que cuando el río suena agua lleva… un viejo refrán. Pues en el caso que nos ocupa, y no es el único dentro del mundo de las furgonetas, es más que cierto, real como la vida misma. Es verdad, la evolución de las furgonetas en los últimos quince años, más o menos, ha sido bestial en cuanto a motores, comportamiento y comodidad. Pero siempre hay unas que sobresalen sobre las otras.

Cuando te subes a una Mercedes Vito te das cuenta de lo bien hecha que está, lo excepcionalmente manejable que es al conducir -por tamaño, claro, muchísimo más que una Sprinter-, lo cómodo y cómo de óptimamente se comporta en carretera y cómo de eficiente son sus motores, en este caso el denominado 114 CDI. Es verdad también que hay otros modelos de marcas competidoras que igualmente disfrutan, y hacen disfrutar, a su conductor y pasajeros de similares virtudes, y no vamos a esconder que una Volkswagen Transporter, especialmente desde hace dos o tres generaciones, también va de fábula. Pero no es menos cierto que la inmensa mayoría de las furgonetas del mercado no se comportan tan bien en carretera ni son tan cómodas como esta sencillamente porque no les asisten las razones que vas a poder leer más abajo… entre otras cosas.

La que ahora hemos traído a estas páginas no es ni más ni menos que la versión 114 CDI como te hemos dicho, que incorpora un motor diésel con 136 caballos declarados, y un par de 330 Nm. Estos datos son importantes en cualquier motor, pero en una furgoneta debería mirarse casi que con lupa. En la oferta de esta Vito, Mercedes también dispone de la 110 CDI (102 CV), 116 (163) y 119 (190 CV), con el motor OM 654. Está claro que a más potencia, mejores resultados en carretera y también en el momento del arranque. Pero siempre hay que buscar el equilibrio. Y este motor de 136 caballos responde verdaderamente bien, consume solo ligerísimamente por encima del 110 CDI que está por debajo de los 100 caballos, y ofrece un par motor para mover el conjunto, incluso cargado, con mucho más que dignidad torera. Si nos vamos más arriba en potencia, también lo hacemos en precio, y en una Mercedes Vito como esta todas sus virtudes se pagan siempre a precio de fabricante alemán. Además de versiones de tracción delante o trasera, Mercedes también ofrece la posibilidad de optar por la 4×4. También hay versión 100% electrificada, o eVito.

REINA DE LA CONDUCCIÓN Y EN CARRETERA

Está claro que para ser una de las reinas del segmento en cuanto dinamismo, hay un precio a pagar. En este caso, esta Mercedes Vito 114 CDI diésel de 136 caballos de potencia con 330 Nm de par (Euro 6d) parte de un precio superior a los 35.000 euros, coste que con varios de sus opcionales puede superar con creces los 40.000 euros… como es el caso (cambio automático, etc.). Aquí, las opciones no solo mejoran sobremanera el equipamiento, también pueden contribuir a una marcha especialmente buena. Y en en este caso también, se trata de la 114 CDI RWD, es decir, motor de dos litros de cilindrada (1.951 cc), tracción trasera y transmisión automática.

Por ejemplo, el cambio automático de 9 relaciones, que la marca denomina 9G-Tronic (adiós al 7G-Tronic de antes) de convertidor de par y unido a la tracción trasera, como acompañante del motor, es otro aliado perfecto no solo en evitarnos las fatigas de estar cambiando en ciudad si hacemos reparto u otras tareas, es que las transición entre marchas es rápida y suave. Este cambio, sin duda, es un gran aliado para la comodidad en la conducción, para la seguridad y para los consumos, pues además dispone de levas tras el volante que facilitan aún más buscar la mayor efectividad de la transmisión automática si queremos, o sacar el mayor partido, por ejemplo, reduciendo más rápidamente porque así se necesite.

Es un motor que empuja deliciosamente, con fuerza y constancia, y que no si nos andamos con cuidado, nos va a hacer perder alguno que otro punto de carnet, pues enseguida se pone a velocidades legales y es fácil que las sobrepasemos rápidamente. Y ya sabemos que en un furgón de este tipo, en este caso es el furgón largo (5.370 mm), la velocidad es algo a controlar solo por eso.

Mercedes ofrece también furgón corto (4.900 mm) y medio (5.140 mm), eso sí, siempre bajo una misma configuración de carrocería en altura (1.915 mm) y una masa máxima autorizada igualmente común de 2,8 toneladas, que en este caso se une a una carga útil cercana a los 700 kilos. En este caso igualmente, la longitud de carga es de 2,290 metros que, si se suma a lo que hace mucho tiempo los fabricantes vienen “añadiendo” magistralmente con la funcionalidad de ampliación bajo el asiento del copiloto, se alarga hasta los 2,831 metros. Todo, sumando la anchura de carga máxima entre paredes interiores de 1,686 metros (1,270 metros entre los pases de rueda), para 6 metros cúbicos de volumen de carga, que están muy bien teniendo en cuenta que la altura total del conjunto no es enorme.

La puerta lateral corredera (solo la derecha porque no la hay también con la izquierda) permite, como no podía ser de otra manera, la carga de europalet de 1.200 x 800 mm de dimensiones. Las puertas traseras, de serie, abren solo 180 grados, y, pagando aparte (más de 1.100 euros a desembolsar), apertura de 270 grados mediante otras bisagras que permiten pegar las puertas a los paneles traseros de la carrocería… que es lo ideal.

Ya que hemos mencionado los consumos, y teniendo en cuenta una aquilatada aerodinámica con buena penetración en el viento, es más que fácil ver en el ordenador de a bordo, cifras por debajo de los 5 litros cada 100 kilómetros recorridos.

Eso a velocidades normales en carretera/autovía, pero si subimos el ritmo y nos ponemos parejos a la velocidad máxima permitida en España, volvemos a comprobar que todo aquí está muy pensado, un motor moderno, relaciones de cambio bien escogidas y la normal resistencia al viento (no digo que su superficie frontal sea como para usarla en Fórmula 1 precisamente), para acabar visualizando también cifras tranquilamente que rondan más/menos los 7 litros… incluso con cierto nivel carga.

 

En ciudad pueden conseguirse los 6 litros cada 100 kilómetros con una conducción normal, aunque ya se sabe que los consumos con una furgoneta van a variar mucho en función no solo de nuestra forma de conducir, también de la tipología de la ciudad y, ligado a eso, el tráfico y el peso que llevemos detrás. Los datos oficiales son de 6,5 litros de media cada cien kilómetros. Primero por seguridad, y luego por consumos, conviene siempre hacer una conducción sosegada.

Además, vamos a disfrutar también de un nivel sonoro si no bajo, para nada alto. Es más el ruido de las ruedas según el asfalto que otra cosa, puesto que el motor emite un ruido normal, como en cualquier coche. A su vez, la comodidad de conducción, incluso induciéndola a un ritmo rápido, es sencillamente sensacional. Buena culpa de ello lo tiene un conjunto de suspensiones independientes delante y detrás, una de las grandes diferencias con otro tipo de furgoneta/furgones del mercado… y donde también coincide, por ejemplo, con la anteriormente citada Volkswagen Transporter. Si duda alguna, la Mercedes Vito es la reina, o una de las reinas, de su segmento, eso creo que es indiscutible o con pocos peros admisibles. No en vano, deriva, o al revés, según se mire, de versiones para pasajeros, hoy convertidos en auténticos súper monovolúmenes de lujo, donde este aspecto cobra una vital relevancia.

CALIDAD ALEMANA QUE SE VE Y SE NOTA

Está claro que cuesta más que otras, y más con los opcionales, pero también oque frece muchos elementos de calidad de primera mano. Si empezamos por el diseño, bueno, aunque para gustos los colores, no se le puede negar que es menos, digamos “comercial”, que otras tantas furgonetas, y eso que los fabricantes cada vez perfilan más sus formas. Y eso también que plantea esas zonas de posibles roces en plástico negro delate y detrás, pero adecuado al uso masivo, y por tanto, más fáciles y baratos de reparar.

Por otro lado, la calidad también se percibe en el interior, más o menos austero según se mire. Tanto, otra vez el diseño que es más ergonómico y dulce, como los materiales o las funcionalidades, parecen verdaderamente de un coche. No en vano, se utilizan elementos de Mercedes en los turismos: volante, mandos de luces, conjunto central del salpicadero…

Todo eso le da un aire de superioridad que se percibe desde el minuto uno. Ese clima alemán de la marca, de bien hecho, de contundente, con o más o menos diseño, queda patente a primera y segunda vista. También cuando se prueban sus mandos, botones, etc. Y eso que, por ejemplo, echamos en falta una siento trasero que se abata hacia adelante y nos permite disfrutar de una pequeña mesa de trabajo para comer, poner el ordenador, etc., etc. Tampoco es perfecta, aunque casi. A nosotros nos ha gustado tanto de diseño como de línea en general.

 

Como equipo, lleva o puede llevar, desde sensores para aparcamiento con cámara trasera, hasta luces halógenas delanteras (las de unidad de pruebas), antinieblas, faros con tecnología LED, neumáticos en medida 205/65 R16C (de marca Hankook como la unidad probada), pintura normal (nuevamente la de las imágenes), pinturas metalizadas, etc.

Lo anterior por fuera, mientras que dentro, asiento del conductor eléctrico, pantalla central táctil de 7 pulgadas (algo justa de tamaño, por no decir pequeña para lo que se estila en los coches…), conectividad con Apple Car Play y Android Auto porque no puede faltar esa unión con las tecnologías de bolsillo como los smartphones, climatizador manual, luces de indicación de acercamiento a objetos al aparcar , reposabrazos central (al lado derecho del conductor), volante multifunción de tres radios, cambio automático de nueve relaciones, etc., etc.