Hemos llegado al ecuador del año y continúa la misma peligrosa tendencia en el mercado de vehículos comerciales ligeros, ya que según los datos aportados por las patronales Anfac, Ganvam y Faconauto, durante el primer semestre de 2022 las matriculaciones de furgonetas han bajado un 35,4% en comparación con los seis primeros meses del año anterior, contabilizando un total de 56.857 unidades. En el mes de junio el retroceso ha sido muy parecido al del periodo acumulado, con un 32,4% y unas ventas de 10.446 unidades.

El mercado de las furgonetas es, sin duda, el más castigado por la crisis de ventas, ya que durante el primer semestre de este año las matriculaciones de turismos solo han caído un 10,74%, las de camiones han aumentado un 5,1% y las de autobuses se han disparado un 48,7%.

 

Furgonetas pequeñas, las más castigadas

Si dentro de las matriculaciones de vehículos comerciales ligeros atendemos a los segmentos de mayor volumen, es el de las furgonetas más compactas el que sufre un mayor retroceso, con una caída del 47,8% en el primer semestre. Los furgones y combis de entre 2,8 y 3,5 toneladas de MMA retroceden un 29,3% en el período acumulado y los furgones que están por debajo de 2,8 toneladas caen un 15,8%. El descenso también es significativo entre los pick-ups, pues las ventas se reducen un 25,6% en comparación con los mismos meses de 2021.

Los datos aportados por las asociaciones profesionales del sector también dejan ver que todos los canales de venta presentan importantes números rojos. El más castigado es el de los autónomos con una caída del 43,6% (actualmente acapara un 26,7% del volumen total de ventas), las matriculaciones de las alquiladoras de vehículos comerciales ligeros han caído un 39,1% en los seis primeros meses de 2022, y el canal de las empresas baja un 30,6% (es el de mayor peso en las ventas de comerciales, con un 56,9%).

 

Las marcas priorizan la fabricación de turismos

En EspacioFurgo ya hemos informado en varias ocasiones de las consecuencias de la falta de suministro de algunos componentes, que está teniendo más efectos colaterales en el mercado de los vehículos comerciales ligeros que en el de los turismos. Primero fue la crisis de los microchips, que todavía continúa aunque se va paliando con el paso de los meses; y, posteriormente, también han aparecido importantes restricciones en los suministros de los conjuntos de cableado, pues muchos se venían fabricando de forma artesanal en plantas ubicadas en Ucrania y zonas limítrofes.

La escasez de materiales está obligando a los fabricantes de vehículos a decidir qué modelos son los prioritarios y ante este dilema las furgonetas están saliendo más perjudicadas, tal y como reconocen fuentes de las propias compañías automovilísticas. Ante la falta de dichos componentes, las principales marcas están priorizando la producción de turismos frente a los vehículos comerciales, lo que se traduce igualmente en menos unidades que llegan a los concesionarios y en plazos de entrega más amplios para los clientes.