En un mundo donde la tecnología avanza a ritmo vertiginoso, la industria del automóvil no solo se ve obligada a evolucionar; tiene que reinventarse por completo. En este contexto de transformación, donde conceptos como electrificación, conectividad o conducción autónoma ocupan la primera línea del discurso, Mercedes-Benz lanza una idea radical: que el verdadero lujo del futuro no estará en la velocidad ni en el poder, sino en el espacio, el bienestar y la experiencia envolvente.
Con el Vision V, la marca de la estrella no propone un coche más grande o más caro, sino una nueva forma de entender el viaje. Un refugio móvil, una sala de estar digitalizada, un entorno multisensorial. En definitiva, un espacio diseñado para reconectar con uno mismo o compartir momentos únicos, incluso cuando el mundo exterior avanza a toda velocidad.
Diseño exterior: escultura dinámica, luz como materia
El Vision V se presenta con una estética que fusiona tradición e innovación. Su carrocería parte del lenguaje «sensual purity» de Mercedes-Benz, que en este caso alcanza nuevas cotas de sofisticación. Los volúmenes se suavizan, los detalles se tensan, las superficies se limpian, y todo fluye con una armonía que trasciende la funcionalidad para entrar en el terreno del arte.
Los voladizos son cortos, el capó es bajo pero musculoso gracias a dos powerdomes, y la línea del techo cae con suavidad hacia una trasera redondeada que acentúa la fluidez. Los flancos presentan una cintura visualmente delgada, realzada por una moldura cromada que subraya las proporciones. Las llantas de 24 pulgadas, con elementos luminosos integrados, completan un conjunto que emite elegancia y vanguardia a partes iguales.
Pero es en el frontal donde el Vision V despliega todo su potencial iconográfico. La clásica parrilla Mercedes se reinterpreta en forma de estructura luminosa con lamas de cristal retroiluminadas, casi 200 en total, que enmarcan los faros en forma de estrella de tres puntas. Bajo el capó, otras 190 lamas forman un puente óptico que transforma el frontal en un espectáculo escenográfico. Al acercarse el usuario, una secuencia de luces dinámicas recibe a los pasajeros, culminando en la estrella de Mercedes iluminada con fuerza sobre el capó.
Acceder al vehículo como parte del ritual
En el Vision V, la forma de acceder al habitáculo no es un simple paso funcional: es parte de la experiencia emocional. El lateral derecho se abre con una puerta tipo portal automática, acompañada de un estribo iluminado retráctil que refuerza la sensación de entrar en un espacio reservado. Las puertas delanteras también son automáticas, mientras que los pilares B albergan pantallas de bienvenida digitales, que personalizan la llegada del pasajero como si de un hotel de cinco estrellas se tratara.
Interior: el salón como declaración de intenciones
Una vez dentro, el Vision V rompe todas las convenciones del diseño automotriz para ofrecer una atmósfera que recuerda más a un lounge de lujo, una galería de arte o un refugio de alta gama. El espacio se denomina “Private Lounge”, y está concebido como una extensión del hogar, del despacho o incluso de una sala de cine.
Los materiales son protagonistas absolutos: cuero Nappa blanco cristal, seda brillante, madera de raíz de nogal de poro abierto, aluminio pulido. Todo está diseñado y ensamblado con un nivel de artesanía que coquetea con la alta costura. En las paredes laterales, vitrinas retroiluminadas albergan desde objetos personales hasta altavoces suspendidos en cápsulas de cristal. La consola central es un prodigio de elegancia funcional: incluye una mesa extensible tipo ajedrez, un touchpad de control y ajuste automático según la posición del asiento.
El habitáculo está lleno de pequeños gestos de lujo inteligente: difusores de fragancia integrados, iluminación ambiental configurable, texturas suaves al tacto. Todo se ha pensado para envolver al ocupante en una atmósfera cálida, personal y ajena al exterior.
Asientos: diseño futurista y confort extremo
Los asientos son una declaración de diseño avanzado. Su estructura se basa en cojines tubulares flexibles, unidos por abrazaderas metálicas, y descansan sobre plataformas de aluminio pulido. Lejos de ser una excentricidad estética, este diseño ofrece ergonomía de primera clase, adaptabilidad y estilo contemporáneo.
Son completamente eléctricos y ofrecen cuatro posiciones predefinidas:
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Entry, para la entrada y salida del vehículo.
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Default, con retroceso automático al desplegar la pantalla.
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Relax, para una postura semi-reclinada ideal para ver contenido.
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Sleep, con respaldo y reposapiernas extendidos en posición horizontal.
A todo esto se suma un sistema de climatización individual, respuesta háptica en el asiento y perfumado integrado, elevando la experiencia a un nivel que supera incluso el de muchas suites de primera clase aérea.
Tecnología del cristal: el lujo de elegir qué ver y cuándo
Uno de los avances más sofisticados del Vision V es el uso de cristales inteligentes. Un tabique separador entre la cabina y el salón trasero puede cambiar de transparente a opaco en milisegundos, mediante una tecnología de nanocristales controlados por electricidad.
Este sistema se extiende a las ventanas laterales y al suelo de la “Private Lounge”, lo que permite crear ambientes privados, sombras dinámicas o pantallas digitales según el modo seleccionado. Así, el usuario puede elegir entre disfrutar del paisaje, protegerse del sol o activar una atmósfera envolvente con proyecciones audiovisuales.
Inmersión digital total: pantalla 4K, sonido tridimensional y proyección 360º
Pero sin duda, la joya tecnológica del Vision V es su sistema de entretenimiento. Bajo el suelo de la cabina trasera se oculta una pantalla 4K de 65 pulgadas, que se eleva automáticamente al cerrar las puertas, dividiendo el salón del puesto de conducción.
A su alrededor, 42 altavoces con tecnología Dolby Atmos —algunos incluso embutidos en los asientos para crear vibración háptica—, siete proyectores en el techo y suelo y una interfaz táctil central permiten convertir el Vision V en:
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Sala de cine con modo noche y sonido envolvente.
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Centro de juegos con mando inalámbrico integrado.
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Oficina móvil con pantalla de escritorio expandida.
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Oasis de relajación con paisajes visuales y música suave.
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Escaparate virtual para compras digitales.
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Sistema de navegación envolvente con realidad aumentada.
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Cabina de karaoke con sincronización visual.
Todo ello se controla con gestos simples o mediante el touchpad, permitiendo al usuario sumergirse en uno de los siete mundos digitales personalizados que Mercedes-Benz ha creado para esta experiencia.
Cabina del conductor: también un espacio premium
Aunque el protagonismo lo acapara la zona trasera, el conductor no queda relegado a un segundo plano. El Vision V incorpora una Superscreen que ocupa todo el frontal, compuesta por tres pantallas digitales que ofrecen navegación en 3D, información del entorno en tiempo real, gráficos adaptativos y una estética futurista. Los asientos delanteros, si bien no reclinables como los traseros, mantienen el mismo diseño tubular con gran confort.
Incluso los espacios de almacenamiento han sido reinventados: los bolsillos de puerta desaparecen en favor de vitrinas decorativas, y la guantera se abre con un tirador de cuero Nappa. Todo está pensado para que el conductor también disfrute de una experiencia de alta gama.
Vision V: más que un coche, un nuevo tipo de espacio vital
El Mercedes-Benz Vision V no es solo un adelanto del futuro Clase V. Es una declaración de intenciones sobre el futuro del lujo automotriz, donde el coche deja de ser una máquina para convertirse en un espacio vital móvil, híbrido entre salón, oficina y cápsula sensorial.
Apoyado sobre la arquitectura eléctrica VAN.EA, el Vision V marca el comienzo de una gama que incluirá desde vehículos familiares prácticos hasta limusinas eléctricas exclusivas. Y lo hace con una propuesta coherente, cargada de contenido, emoción y tecnología útil.
En tiempos donde cada segundo cuenta, donde las ciudades exigen movilidad limpia y donde el confort se redefine, el Mercedes-Benz Vision V ofrece una visión alternativa, centrada en el bienestar, la belleza y la conexión emocional con el entorno. Porque al final, el verdadero lujo no está solo en el diseño o la tecnología, sino en cómo nos hace sentir un espacio. Y en ese sentido, el Vision V es mucho más que un medio de transporte.