Que un gigante como Bosch apueste por el hidrógeno para los vehículos comerciales ligeros es toda una declaración de intenciones, y nos da una idea de por dónde pueden ir los tiros en este segmento en el futuro. De hecho, ya existen proyectos e incluso furgonetas con esta tecnología en el mercado, que ofrecen una alternativa a la nueva generación de furgonetas eléctricas cuando los límites que imponen por la autonomía o los tiempos de recarga pueden ser un problema.

En estos casos, cuando se trata de viajes de largo recorrido o de transportar cargas pesadas, la pila de combustible de hidrógeno saca a relucir sus principales puntos fuertes: gran autonomía y tiempos de reabastecimiento del hidrógeno similares al los de repostaje de un vehículo con motor de combustión.

Bosch ha equipado dos furgonetas con esta tecnología, y se ha lanzado a la carretera para comprobar sobre el terreno las ventajas de la pila de combustible y demostrar su viabilidad como una solución adecuada para vehículos comerciales ligeros. Para ello, sus socios en el proyecto, ABT eLine GmbH, han participado en la transformación de las furgonetas adaptando la pila de combustible.

El kit de transformación que propone Bosch incluye todo el sistema de la pila de combustible (módulo de ánodos, inyector de hidrógeno, unidad de control, compresor de aire, depósitos de almacenamiento, sensores, etc), y está diseñado para ser adaptado sobre las actuales furgonetas eléctricas que existen en el mercado. Las baterías se sustituyen por depósitos de hidrógeno con más de 10 kg de capacidad, equipando una batería más pequeña.

Resultados prometedores: hasta 540 km y repostaje en seis minutos

Los primeros resultados son verdaderamente prometedores. Las furgonetas preparadas por Bosch con la tecnología de pila de combustible de hidrógeno recorren hasta 540 km incluso circulando con carga, y el repostaje de los depósitos de hidrógeno se realiza en apenas seis minutos. Una solución ideal para operadores de flotas de furgonetas que recorren grandes distancias.

En Bosch quieren recopilar todos los datos posibles, algo que cada vez es más fácil gracias a la conectividad en la nube. Las dos furgonetas de pruebas actualmente en uso transmiten todos los parámetros en tiempo real a los ordenadores de los ingenieros y técnicos, que se encargan de evaluar y garantizar la fiabilidad del sistema, prácticamente listo para la producción en serie. Sin embargo, aunque la tecnología esté disponible, desde Bosch tienen claro que el impulso definitivo para la implantación del hidrógeno necesita de la colaboración entre la industria y las administraciones, para desarrollar la infraestructura de producción, almacenamiento y suministro de hidrógeno adecuada.

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