El VW Multivan siempre ha sido un vehículo singular, capaz de mover familias, directivos, clientes y equipaje con la misma solvencia que cualquier turismo grande, pero con la practicidad de una furgoneta. Con la generación T7, Volkswagen rompió definitivamente con el esquema de derivado de comercial del T6.1, abrazando una base técnica mucho más moderna y avanzada, la plataforma MQB, que cambió su manera de rodar, de equiparse y de consumir. Y ahora, con el lanzamiento del eHybrid 4MOTION de 245 CV, el polifacético Multivan vuelve a experimentar un avance en cuanto a experiencia de conducción, rendimiento, eficiencia y costes de uso.
El salto técnico: del 1.4 al 1.5 evo2, más batería, más autonomía y… tracción total eléctrica
La gran diferencia entre el primer Multivan PHEV (2021) y este nuevo 2024–2025 está bajo la piel. El anterior combinaba un 1.4 TSI de 150 CV con un motor eléctrico delantero, para un total de 218 CV, una batería de apenas 10,4 kWh netos y unos 46–50 km eléctricos homologados. Era un buen paso inicial hacia la electrificación, pero insuficiente para un uso profesional intensivo: sin recarga diaria quedaba corto, y además carecía de carga rápida.
El nuevo T7 eHybrid 4MOTION da un salto radical. Estrena el 1.5 TSI evo2, un bloque de última generación con ciclo Miller, gestión activa de cilindros y colector de escape integrado. Es más eficiente y está preparado para trabajar junto a la electrificación. A este motor se le añaden dos propulsores eléctricos: uno en el eje delantero, integrado en la caja DSG, y otro en el trasero, independiente. Así nace un sistema e-AWD: tracción total sin árbol mecánico, con reparto de par electrónico. Puede moverse solo con el eje delantero, solo con el trasero (modo eléctrico puro) o con ambos, según demanda.
La batería casi duplica su capacidad útil, con 19,7 kWh netos refrigerados por líquido. Esto permite homologar 92–95 km de autonomía eléctrica WLTP, que en la práctica se traducen en 60–80 km reales con conducción normal, incluso más en ciudad con clima templado. Además, por primera vez, el Multivan admite recarga rápida: en AC hasta 11 kW (carga completa en poco más de 2 horas en trifásica) y en DC hasta 50 kW, que permite pasar del 10 al 80 % en unos 30 minutos. Es decir, mientras recoges clientes en un aeropuerto o tomas un café en ruta, puedes recuperar autonomía eléctrica suficiente para el siguiente trayecto.
En conjunto, este sistema entrega 245 CV y permite alcanzar 200 km/h de velocidad máxima, con un modo eléctrico que llega hasta 130 km/h. Pero más allá de las cifras, lo relevante es que por primera vez el Multivan PHEV tiene un sistema capaz de cubrir jornadas enteras en eléctrico si se recarga, y de ofrecer tracción total inmediata cuando la carretera lo exige.
En ciudad: silencioso, maniobrable, convincente…
En el ámbito urbano, el Multivan se convierte en una herramienta particularmente eficaz, no solo por su silencio y suavidad de marcha, sino también por la facilidad de maniobra que ofrece en calles estrechas o en accesos complicados. La combinación de cámaras de visión periférica, sensores y asistente de aparcamiento automático permite afrontar con seguridad operaciones de carga y descarga en zonas céntricas, donde el espacio escasea. La transición entre tracción delantera y trasera eléctrica aporta además un plus en suelos deslizantes, evitando pérdidas de tracción en rampas de garaje o pavimentos empedrados.
Para quienes pasan muchas horas al volante en trayectos urbanos, detalles como la recuperación suave en frenadas de tráfico denso, el arranque sin vibraciones en semáforos o la climatización silenciosa con el motor apagado elevan la calidad del servicio. Todo ello convierte a este T7 en un aliado perfecto para profesionales y servicios de transporte urbano premium, donde la primera impresión que recibe el cliente es la del confort absoluto y la ausencia de emisiones.
El escenario urbano es donde el T7 PHEV saca más partido. Con la batería cargada, arranca siempre en modo eléctrico, moviéndose con una suavidad y un silencio sorprendentes para su tamaño. La visibilidad es amplia, la dirección es ligera y los motores eléctricos permiten salir de rampas de garaje o de calles mojadas sin tirones. Los pilares A dobles son un detalle a tener en cuenta: mejoran rigidez y seguridad, pero generan ángulos muertos que requieren cierta adaptación.
En autopista: aplomo, confort y consumos realistas
En vías rápidas el Multivan encuentra su hábitat natural. A ritmos legales se percibe sólido y sereno, con una pisada continua que filtra bien juntas y baches cortos, y con un control de balanceo propio de un turismo grande. El trabajo aerodinámico se nota en los ruidos de viento, contenidos incluso con ráfagas laterales; la carrocería alta no se descompone y la dirección mantiene un centrado claro que evita correcciones constantes.
El nuevo sistema de propulsión también ha mejorado el confort acústico: el motor térmico gira bajo de vueltas cuando interviene y, con batería disponible, los adelantamientos se resuelven con ese empuje inmediato del eje trasero que acorta la maniobra y reduce la exposición en carril contrario. Cuando la batería se agota, el conjunto mantiene cruceros con dignidad; la electrónica reserva siempre un pequeño colchón de energía para sostener asistencias y aportar apoyo eléctrico en momentos puntuales, de modo que no quedas “a merced” del 1.5 TSI en repechos largos.
En consumo, los números realistas están bien acotados: con batería vacía, a 120 km/h constantes, el entorno de 8–9 l/100 km es la referencia. Con batería llena y partiendo en modo híbrido, un trayecto mixto de 200–300 km se puede saldar en 5–6 l/100 km más electricidad, siempre que aproveches descensos y tráfico estable para regenerar suavemente y no abuses de velocidades por encima del límite legal.
Si la jornada exige más de 400 km, la carga rápida DC de 50 kW permite recuperar del 10 al 80 % en una parada breve. Ese “sorbo” eléctrico reduce el tiempo total de viaje menos de lo que cabría pensar, porque a la vuelta al asfalto dispones de varias decenas de kilómetros en EV que rebajan consumo y fatiga sonora. Remolcando cerca de 1.000–1.500 kg, hay que contar con +1,5 a +2,0 l/100 km adicionales y una mayor sensibilidad al viento, pero la estabilidad longitudinal sigue siendo elevada y el e-AWD ayuda a salir con decisión de áreas de servicio en pendiente.
También merece mención la gestión térmica: el sistema prioriza mantener la batería en su ventana óptima para que el apoyo eléctrico esté disponible cuando realmente se necesita (incorporaciones, pendientes sostenidas, adelantamientos). En tramos con desniveles, el Multivan tiende a utilizar el Hybrid Auto, alternando fases de vela eléctrica con retención regenerativa suave. Si prefieres reservar carga para un acceso urbano al final del viaje, el modo de mantenimiento de batería funciona con lógica, evitando gastar kWh sin sentido en zonas donde el térmico es más eficiente.
Y, cuando el asfalto se complica por lluvia intensa o firme muy pulido, la intervención del eje trasero eléctrico hace que el paso por carril sea imperturbable, con correcciones discretas del ESP y sin pérdidas de motricidad que obliguen a levantar el pie.
En montaña y carreteras secundarias: la tracción total eléctrica convence
En carreteras reviradas el T7 saca partido a un conjunto poco habitual en su categoría: batalla larga para estabilidad, suspensión con tarado confortable pero bien controlado y un eje trasero eléctrico que actúa como estabilizador dinámico. En entradas de curva sobre firme irregular, el reparto de par favorece el apoyo “limpio” del tren delantero y, si detecta aligeramiento de carga, envía empuje atrás para cerrar la trazada sin brusquedades.
No hay milagros —pesa lo que pesa y su altura es la que es—, pero el conductor percibe un guiado mucho más natural que en las Multivan clásicas. En mojado, el e-AWD reduce los subvirajes típicos de los delanteras cargados: puedes abrir gas con confianza a media curva, porque el eje trasero ayuda a empujar sin forzar la dirección.
La regeneración es clave en montaña. En bajadas prolongadas, mantener un nivel de retención medio evita calentamiento de frenos y recupera varios puntos porcentuales de batería por cada puerto, algo que luego se traduce en silencios sostenidos entre pueblos.
Con el modo Hybrid Auto, el sistema decide por sí mismo cuándo dejar rodar “a vela” y cuándo retener; si conoces el terreno, puedes optar por un modo con mayor regeneración antes de la bajada larga para entrar con más margen. El tacto de pedal, afinado respecto a las primeras unidades del PHEV, permite modular bien en apoyo, y el paso de recuperación a freno hidráulico es progresivo si no apuras al límite. Si aparece nieve ligera o gravilla, la gestión de tracción funciona con lógica: arranque suave en eléctrico trasero, reparte al eje delantero en cuanto detecta pérdida de tracción o control y, si la cosa se complica, combina ambos ejes con ayudas electrónicas. La altura libre no es la de un SUV, pero la motricidad en suelos de baja adherencia es claramente superior a la de un monovolumen de tracción delantera.
Interior: oficina, salón y maletero
La posición de conducción se acerca a la de un SUV grande, con asiento regulable y mandos bien dispuestos. La modularidad es clave: los asientos individuales pesan entre 23 y 29 kg, más fáciles de retirar que en la generación anterior. Se deslizan por raíles, pueden girar y permiten múltiples configuraciones. La mesa central deslizante añade valor como apoyo para trabajar, comer o como espacio para los niños en viajes familiares.
Para operadores profesionales, importa el “cómo” además del “qué”. La reconfiguración rápida del habitáculo se apoya en una cinemática sencilla: desbloqueas con una palanca, desplazas sobre raíles y vuelves a fijar con un clic audible. Un único operario puede retirar y colocar asientos sin herramientas; si es preciso moverlos fuera del vehículo, ayudan las asas integradas y la base plana del vano de carga. Las guías admiten combinaciones mixtas (por ejemplo, 2+2+2 a 7 plazas con mesa al centro) y permiten dejar un pasillo central para acceder al fondo sin plegar respaldos.
El maletero varía desde unos 380–500 litros con tres filas en la versión corta, hasta más de 4.000 litros con todos los asientos retirados. Esto permite usar el Multivan tanto como lanzadera de pasajeros como furgón ocasional de carga. Además, el modelo homologa hasta 1.600 kg de remolque, válido para equipamiento de trabajo o ocio.
Como detalles que marcan el día a día, destacan las cortinillas/estores para privacidad, múltiples anclajes para asegurar bultos, suelos fáciles de limpiar, tomas USB-C repartidas por filas para que ningún pasajero “se quede sin batería”, iluminación interior configurable para servicios nocturnos y posibilidad de enchufe de 230 V para portátil o nevera pequeña. Los aireadores en las filas traseras mejoran el confort térmico de los pasajeros y la climatización puede funcionar en silencio en modo EV durante esperas.
La conectividad está a la altura: cuadro digital, sistema multimedia moderno, integración total con smartphone, servicios conectados y actualizaciones de software. Para el profesional, esto se traduce en navegación con datos de tráfico en tiempo real, gestión remota de preacondicionamiento y programación de cargas, y un ecosistema que reduce tiempos muertos en operativa.
Seguridad: 5 estrellas y asistentes de última generación
El T7 ha obtenido cinco estrellas Euro NCAP, con buena nota tanto en protección de ocupantes como en asistentes. Incorpora airbags delanteros, laterales, de cortina y central, además de una completa suite de ayudas a la conducción:
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Travel Assist: combina control de crucero adaptativo y centrado de carril. Útil en autopistas bien marcadas; reduce carga mental y mantiene distancia con suavidad.
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ACC predictivo: adapta la velocidad a límites y orografía próxima (curvas, glorietas). Mejora confort y consumo si confías en su lógica y evitas correcciones bruscas.
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Front Assist (AEB): frena ante riesgo inminente con vehículos y peatones/ciclistas. Es una red de seguridad, no un sustituto de la atención del conductor.
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Side Assist y Rear Cross Traffic Alert: vigilan ángulos muertos y el cruce trasero al salir de un estacionamiento; especialmente valiosos con carrocería larga y luneta cargada.
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Car2X: comunicación con otros vehículos/infraestructura para avisos tempranos de incidencias.
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Frenada post-colisión y eCall avanzado: limitan daños secundarios y aceleran la asistencia.
Eso sí, hay límites que conviene conocer. El centrado de carril necesita marcas visibles; si hay obras, lluvia intensa o nieve, la asistencia puede ceder el control. Las cámaras y radares se ven afectados por suciedad o hielo; es vital mantenerlos limpios. El AEB puede no detectar todos los escenarios (peatones muy oblicuos, objetos blandos).
Consumos y costes en diferentes escenarios
El T7 PHEV no tiene un único consumo real, depende de la disciplina de recarga, el perfil de ruta y la carga transportada.
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Operativa urbana/periurbana (25.000 km/año) con base y enchufe garantizado cada noche. Se cubren 60–80 km diarios en EV y el térmico solo apoya en rondas o accesos rápidos. El coste directo de energía se mueve entre 1,5 y 3,0 € cada 100 km en electricidad + 1–3 l/100 km de gasolina según orografía y climatización. Frente a un diésel de 7,0 l/100 km que no disfruta de ZBE, el ahorro anual en combustible y estacionamiento bonificado puede ser muy significativo, además de la mejora de disponibilidad por menor fatiga del conductor y menos mantenimiento de frenos.
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Operativa mixta. Alternando tramos urbanos y variantes y 120 km/h, la media realista se sitúa en 5–6 l/100 km de gasolina + 8–12 kWh/100 km. El coste por kilómetro se mantiene competitivo y, lo más importante, estable: la electricidad sustituye gasolina en los tramos críticos (atascos, accesos a ciudad), reduciendo consumo y ruido justo donde más penaliza el térmico.
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Autopista pura sin enchufes. Aquí el PHEV trabaja como híbrido convencional una vez agotada la batería inicial: 8–9 l/100 km sostenidos a 120 km/h es la cifra media que se puede conseguir sin grandes esfuerzos. Sigue siendo un producto válido por confort y estabilidad, pero en operativa de coste, un diésel bien elegido puede igualar o mejorarlo si nunca se enchufa. La decisión depende de si podrás instalar puntos de carga de base en el corto plazo y de las ventajas fiscales y de acceso que exija tu ciudad.
A los costes de energía hay que añadir mantenimiento: con uso EV intensivo, los frenos sufren menos por la regeneración y los intervalos de pastillas/discos se alargan. El térmico funciona más tiempo a carga óptima y temperatura estable, lo que reduce la degradación de elementos como el aceite. En contrapartida, el sistema PHEV añade complejidad (dos EM, batería, electrónica de potencia) y podría suponer averías más costosas que en otros modelos solo térmicos.
La opinión de espaciofurgo.com
El Multivan T7 eHybrid 4Motion no es solo una evolución técnica: es una herramienta que cada perfil de cliente puede configurar según sus prioridades. Lo importante es analizar con rigor el patrón de uso y decidir en consecuencia; ahí radica el verdadero valor de este modelo en el panorama actual. Por ello, y por su rendimiento real, la renovada versión híbrida enchufable es hoy la opción más equilibrada para quien necesita un vehículo polivalente con imagen, confort y eficiencia siempre que pueda realizar cargas domésticas. Se conduce como un turismo grande, ofrece la modularidad de siempre y añade un sistema híbrido enchufable que por fin es útil en un uso profesional intensivo: más autonomía, recarga rápida y tracción total eléctrica.
No es tan lujoso como un Clase V, ni tan radicalmente eléctrico como un EQV. Pero justo ahí está su virtud: es el término medio más inteligente. Si puedes enchufar con regularidad, el ahorro es real y el valor añadido para los pasajeros es evidente. Si viajas por autopista y no tienes intención de cargar, un diésel todavía tiene sentido. Pero para la mayoría de usos mixtos, el T7 PHEV es el camino lógico: un vehículo que anticipa el futuro de la movilidad profesional, donde electrificación y versatilidad se dan la mano.