En 1995, Mercedes-Benz revolucionó el sector de los vehículos comerciales ligeros con la llegada de la Sprinter, una furgoneta que no sólo sustituyó a la veterana T1, sino que redefinió por completo lo que una gran furgoneta podía ofrecer. Confort de turismo, versatilidad profesional, tecnología avanzada y una fiabilidad incuestionable. Treinta años después, y con más de cinco millones de unidades producidas, la Sprinter continúa siendo un auténtico icono global en sectores tan diversos como la mensajería, la logística, la construcción, las ambulancias, el transporte VIP o el mundo camper.
La historia de Mercedes-Benz y sus vehículos comerciales se remonta mucho más atrás. En 1896, Carl Benz inventó el primer vehículo de reparto motorizado, un modelo que ofrecía 300 kilos de carga útil y una velocidad máxima de 20 km/h, triplicando la capacidad de un carruaje de dos caballos. Aquella creación marcó el nacimiento del transporte comercial moderno. En 1899, la compañía entregó una versión mejorada, conocida como Ideal Van, que podía transportar hasta 250 kilos y fue vendida a los grandes almacenes Du Bon Marché de París. Este hito sentó las bases de una tradición de innovación que culminaría, un siglo después, con la llegada de la Sprinter.
En vísperas del aniversario de los “130 años del vehículo de reparto”, Mercedes-Benz ha querido rendir homenaje a esa historia restaurando el vehículo de reparto Benz de 1899 y presentándolo junto a la moderna eSprinter. Este paralelismo entre pasado y futuro subraya los valores que la marca ha mantenido inalterables durante más de un siglo: solidez, fiabilidad, versatilidad y durabilidad.
Un repaso a la historia
La primera generación de la Sprinter, lanzada en 1995, representó una auténtica revolución. Fue la primera gran furgoneta de la marca que adoptó un nombre propio y combinó una carrocería autoportante con tracción trasera y suspensión delantera independiente, algo poco común en aquel momento. Desde su lanzamiento, ofrecía una amplia variedad de configuraciones —furgón, chasis cabina, combi o volquete— con distancias entre ejes que oscilaban entre 3.000 y 4.025 milímetros, y masas máximas autorizadas de hasta 3.500 kilos. En materia de seguridad también marcó un punto de inflexión, introduciendo frenos de disco en las cuatro ruedas, sistema ABS, diferencial automático de frenado y cinturones de tres puntos regulables. Bajo el capó, los primeros motores fueron el 2.3 diésel de 80 CV, el 2.9 diésel de 122 CV y un gasolina de 2.3 litros y 143 CV. A partir del año 2000, Mercedes incorporó la tecnología common-rail con los motores 2.2 CDI de entre 82 y 129 CV y el 2.7 CDI de 156 CV, mejorando la eficiencia y reduciendo el consumo. En 2002, el control de estabilidad ESP se integró progresivamente en la gama, reforzando la seguridad en un segmento donde hasta entonces no era habitual. Durante sus primeros once años de vida, la Sprinter se consolidó como la referencia en su clase, gracias a un comportamiento dinámico más cercano al de un turismo, una modularidad extraordinaria y una fiabilidad que la convirtió en la preferida por flotas de todo el mundo.
La segunda generación, presentada en 2006, llevó ese concepto un paso más allá. Su diseño más aerodinámico y robusto se acompañó de un interior mejorado y de una gama mucho más amplia. Las versiones ofrecían tres distancias entre ejes, cuatro longitudes y tres alturas de techo, con pesos de hasta cinco toneladas. El ESP se convirtió en equipamiento de serie en la mayoría de versiones, se añadieron nuevos sistemas de asistencia y en 2008 apareció la suspensión neumática como opción. En 2009, la tecnología BlueEFFICIENCY con sistema Start/Stop ayudó a reducir consumos, y en 2013 se introdujo el asistente de viento lateral, una innovación que mejoró significativamente la estabilidad en autopista. Las motorizaciones también evolucionaron, destacando los propulsores diésel V6 de 3.0 litros (OM642) con 190 CV y 440 Nm de par, capaces de ofrecer potencia, suavidad y fiabilidad a partes iguales. Esta generación amplió las posibilidades de la Sprinter, adaptándola a sectores más exigentes gracias a su capacidad de carga y a una experiencia de conducción más refinada.
En 2018 llegó la tercera generación, que marcó el salto definitivo hacia la conectividad y la digitalización. Por primera vez, la Sprinter ofrecía tracción delantera además de las versiones de tracción trasera y total, lo que permitió una plataforma más baja y un mejor aprovechamiento del espacio. Estrenó el avanzado sistema multimedia MBUX (Mercedes-Benz User Experience), con pantalla táctil, control por voz y servicios de gestión de flotas conectados a la nube. La gama también incorporó versiones totalmente eléctricas con la llegada de la eSprinter, un modelo que combina hasta 478 kilómetros de autonomía WLTP, volúmenes de carga de hasta 14 metros cúbicos y una masa máxima autorizada de 4,25 toneladas. Las versiones diésel mantuvieron los eficientes motores OM651 y OM654 de 2.0 litros con potencias de hasta 190 CV. Todo ello, unido a un confort superior y a un nivel de tecnología inédito en el segmento, consolidó a la Sprinter como una furgoneta premium para profesionales.
Edición especial «30 Years»
Mercedes-Benz no ha querido dejar pasar su 30º aniversario sin una celebración a la altura. La edición especial “30 Years Sprinter” combina equipamiento de alta gama y detalles exclusivos en diseño, reflejando tres décadas de evolución constante. Esta versión conmemorativa incluye elementos como faros LED, cámara 360°, tracción total y distintivos específicos “SPRINTER30”, reforzando el carácter de un modelo que ha sabido mantenerse en la cima durante tres décadas.
La marca alemana mira ya hacia el futuro con la nueva arquitectura VAN, que será la base de sus próximas generaciones de furgonetas medianas y grandes. Esta plataforma permitirá distinguir entre la arquitectura eléctrica VAN.EA, dedicada a modelos 100 % eléctricos, y la de combustión VAN.CA, destinada a motores térmicos de última generación. Además, Mercedes-Benz ha presentado la escultura “The Boulder”, una pieza de aspecto pétreo que anticipa las líneas de la futura Sprinter y simboliza los valores de robustez, fiabilidad y durabilidad que han acompañado a este modelo desde su nacimiento. Con unas dimensiones de 6,5 metros de largo y 2,75 metros de alto, esta obra combina arte y tecnología y sirve como metáfora del proceso de diseño de la próxima generación.
En términos digitales, la Sprinter del futuro también marcará un nuevo estándar. Funcionará íntegramente con el sistema operativo propio de Mercedes-Benz, el MB.OS (Mercedes-Benz Operating System), que permitirá actualizaciones online y la integración de aplicaciones de terceros. Gracias a una arquitectura chip-to-cloud, todos los sistemas del vehículo —desde el infoentretenimiento hasta la gestión energética o los asistentes de conducción— estarán interconectados y podrán evolucionar mediante actualizaciones remotas, como si de un smartphone se tratara. Este avance no solo incrementará la eficiencia y la seguridad, sino que también permitirá adaptar la furgoneta a las necesidades concretas de cada cliente profesional.
Treinta años después de su nacimiento, la Sprinter sigue representando la esencia del vehículo comercial moderno, con una propuesta innovadora, resistente y preparada para cualquier desafío. Desde sus primeras unidades de los años noventa hasta las actuales versiones eléctricas y conectadas, ha sabido adaptarse a las exigencias del mercado sin perder su carácter. La próxima generación promete ser más eficiente, más digital y más versátil que nunca. En definitiva, la Sprinter no solo ha movido al mundo durante tres décadas: sigue siendo la furgoneta que marca el camino hacia el futuro.