Prácticamente desaparecidos del mapa ya desde hace tiempo los monovolúmenes tal y como los conocíamos tradicionalmente, especialmente los de gran tamaño -salvo excepciones como el Hyundai Staria, o el lujoso y exclusivo Lexus LM-, las versiones de pasajeros de las furgonetas se han convertido en la 0pción ideal para quienes buscan un vehículo amplio y capaz para el transporte de personas, ya se trate de empresas de shuttle o de familias numerosas. Hay multitud de opciones en el mercado, pues todos los fabricantes cuentan en sus gamas de furgonetas con versiones de estas características… a las que ya directamente denominan monovolúmenes. Y una de las más interesantes es la renovada Toyota Proace Verso, sobre todo si antepones cualidades como la versatilidad, robustez, fiabilidad y eficiencia a la sofisticación.
En este sentido, la oferta de Toyota con la Proace Verso es de lo más interesante, sobre todo tras la actualización recibida a finales de 2024 mejorando la seguridad y la conectividad, y con la incorporación a la gama este mismo verano de la nueva Proace Verso Camper. Por dar un repaso: hay versiones Shuttle con configuración de 6, 8 y 9 asientos, disponible en longitudes L1 de 4,98 metros y L2 con 5,33 metros, y con acabados Combi, VX o VX Plus, que se asocian al número de plazas. Y por encima, con un planteamiento más refinado, están las versiones Family Advance con 8 plazas y VIP Luxury con siete asientos.
En cuanto a motores, el más que probado 2.0 turbodiésel de Stellantis (recordemos que, técnica y estructuralmente, la Proace Verso es el mismo vehículo que la Citroën SpaceTourer, la Fiat Ulysse, la Opel Zafira Life o la Peugeot Traveller) se ofrece en dos configuraciones, con 145 CV y cambio manual o, en las versiones Family Advance y VIP Luxury, también con 180 CV y cambio automático de 8 velocidades. Además, Toyota ofrece la Proace Verso Electric de propulsión 100% eléctrica, disponible en todas las versiones y con dos posibilidades de batería: 50 kWh o 75 kWh, con autonomías homologadas de hasta 220 y 323 km, respectivamente.
En esta ocasión hemos probado la versión Shuttle con el motor de 145 CV y cambio manual, en concreto el acabado VX y la configuración de 9 plazas. Te cuento cómo va, pero ya te adelanto una cosa: es de esos vehículos que te van mostrando sus verdaderas posibilidades y te convencen cada vez más a medida que pasan los kilómetros.
Exteriormente no hay muchos cambios respecto a la Toyota Proace Verso que probamos en su día, antes del restyling. Tiene un diseño sobrio per funcional, y hasta desprende un cierto aire moderno, sobre todo con el acabado VX Plus, que añade los paragolpes en el color de la carrocería, faros delanteros LED en vez de halógenos y llantas de 17 pulgadas en vez de 16. Los cristales traseros oscurecidos son de serie, así como los espejos retrovisores plegables y calefactables. El acceso a las plazas traseras se realiza mediante dos puertas laterales correderas que se abren y cierran c0n gran facilidad. En la parte posterior contamos con un doble portón con apertura lateral 180 grados. en los VX, y con un portón sencillo de apertura hacia arriba y ventanilla practicable en los VX Plus.
Un habitáculo con muchas posibilidades
La presentación interior de estas versiones Shuttle es muy sobria, con un diseño funcional, una sufrida tapicería de aspecto sencillo y materiales de tacto duro en el salpicadero, consola y paneles de las puertas, pero con un buen ajuste y un acabado correcto: no hay ruidos ni crujidos molestos. La posición de conducción es muy «de furgoneta»: vas muy sentado y muy alto, los pedales prácticamente se pisan, más que empujarlos, pero no es para nada incómoda. La palanca de cambios en posición elevada queda muy a mano y la visibilidad es magnífica, empañada en esta configuración de 9 plazas asociada al acabado VX solo por el reposacabezas de la plaza central delantera cuando miras por el retrovisor interior.
Si no necesitas 9 plazas mi recomendación es elegir el acabado VX Plus, con dos asientos individuales delante y las dos filas de tres asientos detrás, conservando 8 plazas. Sobre todo porque, además de las diferencias estéticas comentadas anteriormente, por 2.600 euros más que el VX este acabado añade sensores de parking delanteros y traseros -muy necesarios al maniobrar con vehículos de este tamaño-, detector de ángulo muerto, instrumentación digital de 10 pulgadas mucho más completa que la sencilla pantalla TFT monocolor del VX, climatizador automático en vez de manual y un sistema multimedia más completo.
Siguiendo con el puesto de conducción, hay multitud de huecos y pequeñas bandejas para dejar objetos: por encima de la palanca de cambios, bajo la guantera, por detrás de la pantalla del equipo multimedia… Lo malo es que no cuentan con superficies antildeslizantes, y cualquier cosa que dejes ahí se va moviendo. La guantera no tiene mucha capacidad. La ausencia de consola central permite pasar del lado del conductor al de los pasajeros, en el que la configuración con 9 plazas es una banqueta corrrida y con respaldo indivisible. El aro del volante, ligeramente achatado en su parte superior e inferior, es del mismo material con tacto duro que el resto de las superficies, pero se maneja con facilidad y los botones para controlar el sistema de sonido o el control de crucero tienen buenas dimensiones y son fáciles de acccionar. También hay un sistema de control por voz sencillo, pero que permite manejar algunas funciones principales.
Los asientos de la segunda y la tercera fila tienen la misma configuración y tamaño, uno individual y otro doble con banqueta y respaldo corridos. Hay mucho espacio tanto para la cabeza como en anchura y para las piernas, en este sentido las seis plazas son perfectamente utilizables incluso por adultos en viajes largos. Lástima que no cuenten con regulación longitudinal para primar el espacio de cada fila o dar más posibilidades al maletero, según las necesidades. El acceso a la tercera fila no es complicado. Para ello solo hay que hacer bascular el asiento correspondiente de la segunda fila, y mejor hacerlo con el que es individual, que pesa menos y es más fácil de manejar. Todas las plazas cuentan con anclajes Isofix, y en la parte trasera también hay un plafón para controlar manualmente la climatización.
En cuanto al maletero, ya desde las variantes de carrocería «corta» L1, contamos con 600 litros de capacidad manteniendo las tres filas de asientos, volumen que se eleva a 1.000 litros con dos filas, y supera los 2.300 litros manteniendo solo los asientos delanteros. Las dos filas traseras son desmontables y permiten convertir a la Proace Verso en una auténtica furgoneta de carga, pero el desmontaje y el montaje no es sencillo y requiere de dos personas.
Al volante de la Toyota Proace Verso 2.0 turbodiésel
El motor 2.0 turbodiésel de 4 cilindros con 145 CV y una transmisión manual con unos desarrollos muy bien elegidos forman un tándem perfecto a la hora de hacer que la Proace Verso se mueva con mucha soltura. Y lo mejor no es la facilidad con la que lo hace, sino lo poco que consume. Únicamente cuando aprovechas al máximo la capacidad de carga te exigirá trabajar un poco con el cambio, y entonces se agradece la suavidad del embrague, lo bien posicionada que está la palanca y lo bien que entran las marchas, con recorridos cortos y bien definidos. Pero en la mayoría de las situaciones el motor se muestra muy solvente, empujando de forma progresiva desde bajas vueltas y sin ruido ni vibraciones, lo que permite incluso abusar de las marchas largas.
Para un vehículo de estas dimensiones, moverse con consumos en torno a 8,5 l/100 km, que es la media total durante la prueba conduciendo en todo tipo de situaciones pero con predominio de carretera y autopista y siempre a buen ritmo -es sorprendente lo fácil que se mueve la Proace Verso integrándose en el resto del tráfico-, es una cifra muy buena. Y los 70 litros de capacidad del depósito de combustible -el de Adblue, que tiene la toma en la parte inferior del pilar B, visible al abrir la puerta del conductor, tiene 22 litros- dan para muchos kilómetros sin necesidad de repostar.
Está claro que no estamos ante un turismo, pero el comportamiento dinámico de la Proace Verso recuerda más al de los mencionados monovolúmenes de antaño que al de una furgoneta al uso. Frena muy bien sin descomponerse ni hacer movimientos extraños, la dirección tiene un tacto suficientemente preciso como para apuntar sin tener que corregir, y la insonorización tanto mecánica como acústica están a buen nivel. También funcionan muy bien todos los sistemas ADAS, destacando el control inteligente de luces de carretera, el control de crucero y el sistema de reconocimiento de señales de tráfico.
Precio de la Toyota Proace Verso
El precio de la versión que hemos probado, la Toyota Proace Verso Suttle VX con 9 plazas, parte desde 40.400 euros con carrocería L1, mientras que la variante de carrocería larga L2 suma siempre 500 euros más. El VX Plus de 8 plazas parte desde 43.000 euros, mientras que el Family Advance, también con 8 plazas, está disponible desde 42.850 euros, y el VIP Luxury de 7 plazas ya arranca en 55.505 euros.
Mi recomendación, como mencionaba anteriormente, es el acabado VX plus en vez de el VX salvo que necesites las 9 plazas. Entre los acabados VX Plus y Family Advance, me quedaría con el VX Plus para un uso más profesional, y elegiría el segundo si la utilización va a ser más «familiar». Pero con un precio prácticamente idéntico es difícil recomendar el VX Plus independientemente del tipo de uso que se vaya a hacer del vehículo, porque este acabado cuenta con un equipamiento adicional muy interesante, al añadir, entre otras cosas, cargador inalámbrico para el móvil, asientos delanteros calefactados, volante forrado en cuero y calefactado, iluminación en la segunda y tercera fila de asientos y en la zona del maletero, puertas laterales con función manos libres y, lo que me parece más importante para este teipo de utilización, asientos traseros individuales en la segunda fila y deslizables en la tercera. Además, el Family Advance también añade bandejas plegables en los asientos traseros y bandeja cubremaletero.
Dejando a un lado la más lujosa, exclusiva y cara versión VIP Luxury, mi Proace Verso ideal sería, por lo tanto, el Family Advance con carrocería L1, mucho más manejable a la hora de maniobrar que el L2 y ya más que sobrada de espacio y capacidad de maletero. La duda estaría a la hora de elegir motor y transmisión, pues como alternativa al solvente 2.0 de 145 CV con cambio manual, por 5.000 euros de sobreprecio está disponible la variante de 180 CV con el suave cambio automático de 8 velocidades. Toda una tentación…