La familia Toyota Proace —Proace VAN y Proace City VAN— se ha convertido en uno de los pilares de la ofensiva de Toyota en vehículo comercial ligero, tanto en diésel como en eléctrico. Con la llegada de la gama 2026, el fabricante no cambia la base técnica, pero sí realiza un movimiento muy interesante en clave de producto: introduce el nuevo acabado GX Plus, refuerza el equipamiento de seguridad y confort y mantiene una estrategia muy agresiva en precios y cuotas, especialmente en las versiones 100% eléctricas, donde Toyota ya ha logrado situarse a la cabeza de las matriculaciones de comerciales eléctricos en el primer semestre de 2025 en España. Para el profesional o la empresa, la novedad no es simplemente “un acabado más”, sino una forma distinta de leer la gama y de ajustar mejor el coste mensual a las necesidades reales de uso, sin renunciar a tecnología propia de un turismo y a sistemas de seguridad que cada vez pesan más en la prevención de riesgos laborales y en el coste total de propiedad de las flotas.
Un tercer acabado que ordena la gama: GX, GX Plus y VX
Hasta ahora, la gama Proace VAN y Proace City VAN se articulaba en torno a dos niveles: GX como acceso y VX como opción más equipada. Con la llegada del modelo 2026 aparece un tercer peldaño, GX Plus, que se sitúa en el centro y pasa a ser la clave de bóveda de la oferta. En la Toyota Proace VAN 2026 el nuevo GX Plus incorpora una pantalla multimedia de 10 pulgadas con conectividad Apple CarPlay y Android Auto, además de un cuadro de instrumentos digital también de 10 pulgadas, acercando la experiencia de conducción a la de un turismo moderno en lo que se refiere a visualización de datos, gráficos e integración del smartphone.
En el caso de la Toyota Proace City VAN 2026, el GX Plus también ofrece la pantalla multimedia de 10 pulgadas con la misma conectividad para teléfonos móviles y añade opciones de personalización de asientos y configuraciones de dos o tres plazas con sistema Smart Cargo, claramente orientadas a exprimir mejor el espacio de carga sin penalizar el confort de los ocupantes. Por encima de este nuevo nivel se mantiene el VX, que ahora se refuerza con cámara de visión trasera, una ayuda fundamental en reparto urbano, en muelles de carga o en calles estrechas, tanto por seguridad como para reducir partes al seguro por golpes de baja velocidad.
En la práctica, el profesional se encuentra ahora con una gama más lógica y escalonada. El GX queda como la versión puramente “de batalla”, pensada para quien prioriza, ante todo, el precio de entrada. El GX Plus se convierte en el punto de equilibrio entre coste y equipamiento, ya con conectividad avanzada, instrumentación digital en el caso de Proace y una configuración más pensada para quien pasa muchas horas al volante. El VX sigue siendo la opción para flotas que buscan imagen de marca, gestores de grandes cuentas o profesionales que necesitan un plus de confort, ayudas al aparcamiento y una percepción de valor superior, también pensando en la reventa. Todo ello se ofrece, además, tanto con mecánicas diésel como en variantes 100% eléctricas, lo que facilita que una misma empresa pueda estandarizar equipamientos y niveles de confort independientemente de la tecnología elegida.
Más confort y seguridad: la cabina se parece cada vez más a la de un turismo
La entrada del acabado GX Plus no se limita a añadir “gadgets” decorativos. Cambia la percepción del vehículo que recibe el conductor. La combinación de instrumentación digital de 10 pulgadas y pantalla central de otras 10 pulgadas convierte la Proace en un entorno familiar para cualquier usuario que venga de un turismo moderno: la información es más clara, configurable, con mejor calidad gráfica y, sobre todo, con una integración plena de las funciones del smartphone. Esto reduce la necesidad de soportes externos para navegación o gestión de rutas y permite centralizar buena parte de la operativa diaria en la propia interfaz del vehículo.
En la Proace VAN 2026, además, se incorpora un sistema de detección de fatiga por cámara que monitoriza el estado del conductor y le lanza advertencias cuando detecta signos de cansancio o distracción. Para quien realiza largas jornadas, circula de noche o combina tramos de autovía con reparto urbano, este tipo de ayuda va más allá de un “extra” de confort: puede marcar la diferencia entre llegar a casa sin sustos o acabar con un incidente por microsueño.
En el caso de la Proace City VAN, la posibilidad de elegir configuración de dos o tres plazas en la parte delantera, asociada al sistema Smart Cargo, añade una capa de funcionalidad muy tangible. Este sistema permite aprovechar el hueco bajo el asiento lateral para alargar la longitud de carga y ganar volumen, manteniendo la homologación N1. En la práctica, hace posible realizar trabajos que antes exigían una furgoneta de tamaño superior, algo clave en cascos urbanos con restricciones de acceso, en parkings estrechos o en flotas que quieren contener dimensiones externas sin renunciar a capacidad.
Proace VAN GX Plus: el escalón ideal para reparto y flotas mixtas
La Toyota Proace VAN es la pieza media de la gama profesional de la marca; por encima se sitúa la Proace Max y por debajo la Proace City. Se ofrece con tres longitudes de carrocería —Compact, Media y Long— y distintas alturas, con volúmenes de carga que, según versión, se mueven en un rango que va ligeramente por encima de los 5 m³ hasta alrededor de 6,6 m³, y con cargas útiles que pueden aproximarse a los 1.400 kg. La capacidad de remolque en las variantes diésel puede alcanzar los 2.500 kg, lo que la convierte en una opción muy versátil para arrastrar remolques de obra, maquinaria ligera o carros adicionales de reparto.
En este contexto, el acabado GX Plus cobra todo el sentido. Añade la digitalización que demandan los conductores que hacen muchos kilómetros al año, incorpora el sistema de detección de fatiga y eleva el listón de seguridad activa, pero mantiene una cuota de renting o leasing muy competitiva, sin acercarse a los niveles de coste del VX. Para una flota regional con rutas fijas, que combine autovía con accesos urbanos, la Proace VAN GX Plus se perfila como la opción más racional: ofrece equipamiento suficiente para cuidar al conductor, una capacidad de carga y remolque al nivel de los mejores modelos del segmento y la posibilidad de elegir entre diésel o eléctrico en función del tipo de misión, las restricciones ambientales de cada ciudad y la logística de repostaje o recarga de cada empresa.
Proace City VAN GX Plus: pequeña por fuera, grande por dentro
La Toyota Proace City VAN ocupa el escalón de furgoneta compacta, un territorio clave en el reparto de última milla, en servicios técnicos, en mantenimiento de instalaciones o en autónomos que necesitan un único vehículo para trabajo y uso diario. En su gama actual, la Proace City VAN ofrece volúmenes de carga de hasta 4,4 m³, admite dos europalets y puede alcanzar alrededor de 1.000 kg de carga útil, con capacidades de remolque que, en determinadas versiones, pueden superar holgadamente la tonelada. Son cifras que se sitúan entre las mejores de su clase.
El nuevo acabado GX Plus multiplica el atractivo de esta base técnica. Permite montar la pantalla multimedia de 10 pulgadas con conectividad completa también en la furgoneta compacta, lo que facilita navegar, gestionar rutas, recibir instrucciones o integrar aplicaciones de reparto y logística directamente en el sistema del vehículo. Al mismo tiempo, las opciones de dos o tres plazas delante, combinadas con el sistema Smart Cargo, permiten elegir entre un máximo confort para dos ocupantes o la posibilidad de llevar a un tercer ayudante en desplazamientos cortos, sin renunciar a una buena longitud de carga gracias al aprovechamiento del túnel bajo el asiento.
Para un autónomo que se mueve principalmente en ciudad, el salto desde un GX “básico” a un GX Plus implica ganar claramente en conectividad, mejorar la ergonomía y disfrutar de un vehículo más agradable de conducir en atascos y accesos a zonas de bajas emisiones. Para una empresa que gestiona varias unidades compactas, este nivel intermedio se convierte en una herramienta muy útil para diferenciar los vehículos de uso intensivo o asignados a mandos intermedios, sin necesidad de subir hasta el coste de un VX.
Diésel o eléctrica: mismo envoltorio, misiones distintas
Uno de los mensajes más claros de la estrategia Toyota Professional Electric es la cercanía entre las cuotas de las versiones diésel y las 100% eléctricas, tanto en Proace VAN como en Proace City VAN. A ello se suma un ecosistema específico para el cliente profesional, que incluye una red de Toyota Professional Centres repartidos por toda España y paquetes de mantenimiento subvencionados al 100% para las versiones eléctricas, pensados para reducir incertidumbres y simplificar el cálculo del coste total de propiedad.
Con la gama 2026 y el nuevo acabado GX Plus disponible también en las variantes eléctricas, la lectura para el comprador es muy directa. Si las rutas son fundamentalmente urbanas o periurbanas, con kilometrajes diarios relativamente constantes, Proace o Proace City eléctricas en acabado GX Plus permiten acceder a zonas de bajas emisiones sin restricciones, beneficiarse de menores costes de energía y mantenimiento y proyectar una imagen de empresa alineada con los objetivos de descarbonización. Si, por el contrario, las necesidades incluyen largas distancias, rutas muy variables o un uso intensivo del remolque, las versiones diésel GX Plus siguen siendo la opción más flexible, con tiempos de repostaje mínimos y la misma cabina equipada y segura.
La clave está en que, independientemente de la tecnología de propulsión, el conductor se sienta en un entorno muy parecido: mismo tipo de cuadro digital, misma pantalla central, asistentes similares y configuraciones de plazas equivalentes. Para las flotas, esto reduce la curva de aprendizaje, facilita la formación interna y permite rotar a los empleados entre distintos vehículos sin que haya una sensación de “vehículos de primera y de segunda”.
Precios, renting y leasing: qué significan esos 130 y 160 €/mes
Toyota acompaña su estrategia de gama con cifras muy concretas. La Toyota Proace VAN GX Plus 2026 parte desde 23.309 euros (sin impuestos) en sus versiones diésel y desde 26.625 euros en las eléctricas. A partir de ahí, es posible acceder a ella mediante renting KINTO One con cuotas desde 439 euros al mes, o a través de fórmulas de leasing para profesionales desde 160 euros mensuales (47 cuotas sin IVA), con una entrada cercana a 9.190 euros y una última cuota en torno a 9.161 euros.
En el caso de la Toyota Proace City VAN GX Plus 2026, el precio arranca en 18.059 euros para las versiones diésel y en 21.592 euros para las eléctricas. También aquí se ofrecen alternativas de renting desde 339 euros al mes con KINTO One, o fórmulas de leasing desde 130 euros mensuales (47 cuotas sin IVA), con una entrada que ronda los 6.704 euros y una última cuota próxima a 8.471 euros.
Claves para elegir: ¿GX, GX Plus o VX en 2026?
Con la llegada del acabado GX Plus, la gama Proace VAN y Proace City VAN 2026 queda mejor armada para cubrir perfiles muy diversos de cliente profesional. Quien busque simplemente el menor coste de acceso y vaya a dar al vehículo un uso relativamente ocasional o en entornos muy controlados seguirá encontrando en el GX la puerta de entrada lógica. Quien necesite que sus conductores pasen muchas horas al volante, realicen kilómetros diariamente y quiera cuidar tanto la seguridad como la experiencia a bordo encontrará en el GX Plus el punto dulce de la gama: más tecnología, más confort y ayudas relevantes a la conducción y al descanso sin disparar la cuota mensual.
Por último, quienes conciban su furgoneta como un auténtico escaparate de marca, circulen habitualmente cargados por ciudad, aparquen a menudo en batería o en línea y valoren la máxima dotación de asistencia y confort seguirán teniendo en el VX la referencia, ahora aún más completa gracias a la cámara de marcha atrás incorporada.
La buena noticia para el profesional es que, con la gama 2026, Toyota no sólo amplía el equipamiento de sus Proace, sino que reordena la oferta para que resulte más sencillo encajar cada versión en la realidad diaria de autónomos, PYMES y grandes flotas. Con tres acabados bien escalonados, variantes diésel y eléctricas, capacidades de carga líderes en sus segmentos y una red comercial y posventa específicamente orientada al vehículo profesional, la familia Proace se consolida como uno de los actores más completos y coherentes del mercado de la furgoneta compacta y media.